Momentos Estelares
La vida esta llena de pequeñas decisiones, de "si" o "no" que cambian el rumbo y transforman toda nuestra realidad
Ningún artista es artista durante las veinticuatro horas del día, ininterrumpidamente. Todo lo esencial, todo lo duradero, se consigue en los escasos y extraordinarios momentos de inspiración. Esto también sucede con la historia, particularmente nuestra historia, que es la narradora más grande de nosotros, pero también una creadora constante.
Asimismo, se necesitan cientos y miles de horas para que se produzca un momento estelar en nuestras vidas. Estos momentos estelares se vuelven hitos en nuestra historia, no solo presente, sino también futura, permitiendo que el pasado, presente y futuro se fusionen en un único instante que marca nuestro rumbo.
Todo lo que está ocurriendo o ha ocurrido se comprime y condensa en ese instante preciso en el que una decisión lo determina todo.
La historia está llena de esos momentos que cambian el rumbo de las civilizaciones y, sobre todo, de la humanidad, la caida de constantinopla, el descubrimiento de america, la batalla de waterloo, etc…
Lo más interesante es que hay momentos estelares claramente reconocibles que marcan nuestra historia personal: mudarse de ciudad, empezar la universidad, iniciar un nuevo trabajo, montar una empresa, entre otros.
Claramente en de la foto no soy yo, es mi jefe grabando con los pelaos de dinstinto
Pero lo curioso es que siempre los vemos a partir de sus consecuencias. ¿Cómo así que las consecuencias? Pues sí, estos ejemplos son en realidad consecuencias de las decisiones que tomamos, es decir, consecuencias de esos momentos. Entonces surge la pregunta: ¿Dónde ocurre realmente el momento? Aquí está lo interesante, porque precisamente lo que detona esa consecuencia, lo que genera ese momento estelar, puede ser la conversación que nos hace exclamar: ¡Jueputa, sí!, la canción que despierta esa emoción y capacidad de acción, el momento que nos rodea o el lugar donde estamos, que en conjunto con otras acciones permiten que suceda. Lo más lindo es poder observar cómo todas estas situaciones se van gestando lentamente, sin que lo notemos, hasta llegar al punto decisivo que se convierte en un momento estelar.
No creo que los momentos estelares puedan planearse o estructurarse; lo que sí podemos hacer es entender cuáles son sus consecuencias y qué acciones podemos tomar para alcanzarlas. Pero el momento es tan único y mágico que muchas veces solo podemos reconocerlo en retrospectiva y pensar: ¡Increíble, no puedo creer que algo tan sencillo me trajera hasta aquí!
Aunque no se pueden estructurar, sí poseen un patrón de diseño, emergente y único en cada situación. Estos momentos siempre están acompañados de un diálogo, o vienen antecedidos o precedidos por uno, ya sea con uno mismo, con un amigo, con un desconocido o un conocido.
A mí me surge una duda muy puntual con todo esto: ¿qué podemos hacer para tener más momentos estelares en nuestras vidas?
Para mí, es aceptar y abrazar la curiosidad en su estado más puro, porque no hay nada que detone más momentos estelares que la curiosidad genuina. Esa inquietud que sentimos y que nos llena de emoción e incertidumbre es donde están los momentos estelares. Si algo se nos mete en la cabeza con tanta intensidad que aparece una y otra vez, es por algo: es ese momento desarrollándose y cultivándose, esperando el instante perfecto para manifestarse.
Puede resultar estresante o emocionante saber que en cualquier momento, lo que hagamos puede desencadenar un momento estelar, pero creo que tener un propósito ayuda mucho a encauzar estos movimientos de la vida y, sobre todo, a que sean coherentes.
Lo más lindo de todo esto es que estos momentos estelares nos muestran que frente a un mundo infinito de posibilidades y lo estocástica que puede ser la vida, esta siempre nos acompaña. Creo que la manera de notarlo es precisamente a través de estos momentos estelares.
¿Que momentos estelares han marcado sus vidas?